“Los griegos dieron al geómetra
el más alto honor; de acuerdo con esto, nada tenía un progreso más brillante
que la matemática. Pero nosotros, hemos
establecido como límite de este arte su utilidad para medir y
cortar.” Cicerón
Esta frase de Cicerón, explica de
alguna manera porque en matemática siempre hablamos de los desarrollos griegos,
y en cambio es tan breve el espacio destinado a la matemática de Roma. Considerando
que esa cultura dominó la historia más de mil años, parece muy pobre que apenas
recordemos los símbolos de su sistema de
numeración, por ser clásicos en los relojes de agujas.
El período durante el cual los
romanos hacen historia abarca desde el 750 AC
Hasta el 476 DC, casi el mismo tiempo en el cual se desarrolló la
civilización griega, con quienes mantuvieron estrecho contacto desde el 200 A.
C; pero pese a esta influencia, durante once siglos no hubo ningún matemático
romano reconocido. ¿Por qué?
¿Qué matemática conocían los romanos?
Los romanos disponían de una aritmética rudimentaria
y algunas fórmulas geométricas aproximadas, “tanteadas” que posteriormente
fueron complementadas con adaptaciones de las griegas. Sus símbolos para los números
naturales M D L C X V son familiares para nosotros; pero poco útiles para el
cálculo ya que su sistema de numeración no era posicional, por eso utilizaban
diversos tipos de ábacos, los dedos , incluso se ayudaban con tablas para poder
operar con ellos. Conocían las fracciones, y las expresaban en base 12. Usaban símbolos y palabras especiales para designar
1/12, 2/2,..., 11/12, 1/24, 1/36, 1/48, 1/96, etc. Algunos autores creen que posiblemente el
origen de la base 12 haya sido la
relación entre el mes lunar y el año. La unidad de peso, por cierto, era el as;
un doceavo del mismo era la uncia, de la que derivan las actuales medidas: onza y pulgada.
A partir del año 50 a. de C., aproximadamente,
los romanos comienzan a escribir sus propios libros técnicos; en base al
material griego. Los trabajos más famosos son los diez libros de Vitrubio sobre
arquitectura, que datan de los años 20 a.c. En
ellos, Vitrubio afirmó que los tres
grandes descubrimientos matemáticos son: el triángulo rectángulo de lados 3, 4 y
5, la irracionalidad de la diagonal del cuadrado unidad y la solución de
Arquímedes del famoso problema de la corona. Además, recopila otros hechos que
implican el uso de la matemática: las proporciones del cuerpo humano ideal, las relaciones
aritméticas armónicas y las capacidades y alcances de las catapultas.
Geometría SI, Matemática NO
Entre los romanos la “matemática”
no estaba muy bien vista ya que a los astrólogos se los denominaba
“mathematicii” y la astrología fue
condenada por los emperadores. El emperador Diocleciano hizo una distinción entre geometría y
matemática. Mientras la primera se enseñaba y aplicaba en las escuelas públicas
ya que era necesaria a la hora de encarar proyectos y construcciones; el “arte
de las matemáticas”, fue condenado y prohibido completamente en el imperio. El
“código de matemáticas y malas artes”, era penado por la ley romana y esas
penas se aplicaron también en Europa
durante la Edad Media. La distinción entre los términos “matemático” y “geómetra”
duró hasta bien pasado el Renacimiento.. ¿Desde esa época nos dirán brujas a
las profes de matemática? Jaja!
¿Saber solamente lo útil?
Los romanos eran un pueblo práctico y como
gobernaban un gran imperio toda su obra tenía que tener una utilidad. No
es extraño que el principal uso de la aritmética y la geometría romana haya
sido la agrimensura, imprescindible a la hora de determinar las fronteras de las ciudades y de
medir los terrenos de las viviendas. Los agrimensores calculaban las distancias
utilizando instrumentos sencillos y la congruencia de triángulos
Fueron capaces de diseñar y construir grandes
proyectos de ingeniería, que les permitieron movilizarse a través del Imperio
para abastecerlo y defenderlo. Todavía podemos ver sus impresionantes viaductos,
sus vías, puentes y maravillosos edificios públicos; pero cabe destacar, que se negaron a
considerar cualquier idea teórica que pudiera estar más allá de las aplicaciones
directas. Los constructores romanos se contentaron con simples recetas y
maneras de proceder que poco
requerían del gran corpus del
pensamiento griego. Y esa fue la gran diferencia…Una lección que podemos
aprender de la historia romana es que los pueblos que desdeñan el trabajo de la
ciencia pura, y son capaces de desacreditar su utilidad, ignoran el impacto en
posteriores desarrollos prácticos y con ello, de alguna manera sellan su suerte…
Es claro y evidente que es mucho
más simple aprender a reproducir, a copiar que a crear. Cuando repetimos algo
ya hecho, salimos del paso de inmediato, resolvemos situaciones sin esfuerzo y
aparentemente alcanzamos nuestros objetivos, todo muy rápidamente, aunque en
nuestro interior, todos sabemos que logros tan veloces suelen ser fugaces y efímeros. Cuando en la escuela enseñamos
matemática de forma reproductivista, aplicando procedimientos y técnicas de
memoria, estamos fomentando eso: salir
del paso, alcanzar rápidamente un objetivo (para el profesor cumplir su
planificación, para el alumno resolver sus ejercicios y aprobar la materia); pero
seamos claros, esos no deben ser “EL OBJETIVO” de la enseñanza de la matemática. La idea es que los alumnos aprendan
a pensar y utilizar sus herramientas en la resolución de problemas en cualquier
aspecto de sus vidas y no solo en la escuela.
De cualquier manera, amo a la Bella Roma y me hace feliz recorrerla aunque sea en forma virtual. Por eso, en una semana muy complicada desde lo personal, quise publicar este post que escribí hace un tiempo para recordar que no hay mal que dure 1000 años!!
Buena semana, cariños
MAJO
Muy bueno, esclarecedor y a su vez disparador, gracias por compartirnos todos tus conocimientos.
ResponderEliminarLiliana.
Liliana: muchas gracias por tus palabras, son inspiradoras para mí!!! cariños
EliminarMaJo