Lección de Astronomía dictada por Galileo al Senado de Venezia |
Si hay algo que caracteriza a los científicos es la búsqueda del conocimiento.
Podríamos decir que son los grandes navegantes en el mar del saber, capaces de aventurarse hacia destinos poco conocidos, de afrontar tormentas inesperadas, algunas veces con tripulación y otras solos. Esas travesías no comienzan al subir a la nave, siempre tienen un plan previo. Aunque a menudo deban reformularlo; porque durante la navegación se revelen sus incertezas... Es entonces , cuando el navegante en su camarote, quizás detenga la marcha y se tome un tiempo de reflexión. Tiempo para revisar decisiones, repasar las hojas de ruta, consultar la brújula y otros instrumentos de navegación, tratando de hallar indicios. Ciertas pistas que le proporcionen la confianza de alcanzar ese descubrimiento. Hasta que finalmente, avista tierra. Y nuevamente, la duda: ¿Será la tierra prometida y deseada o un destino erróneo?...¿Cómo saberlo? Solo un análisis preciso y el tiempo, lo dirá. Ahora, el navegante se acerca, recorre su destino, lo descubre, lo conquista, y lo convierte en parte del patrimonio universal. Así lo constituye en un nuevo puerto conocido para todos, y luego se vuelve a lanzar al mar, con esa inquietud que existencialmente lo caracteriza. Para buscar nuevas tierras o reconquistar espacios hallados por otros, en un ciclo que parece infinito….
Para los que amamos la ciencia y la búsqueda de la verdad, quizás no haya un navegante más emblemático que Galileo Galilei en la historia del conocimiento humano. Precursor del método científico basado en la observación y no en creencias arraigadas durante siglos, es indudable que marcó un antes y un después en las búsquedas, proporcionando un método para acceder al conocimiento.
Su búsqueda confiable, a través de cartas le llevó meses; pero fue capaz de recopilar y compaginar datos acerca del catalejo creado por un holandés. Su historia de perseverancia y sus indagaciones múltiples le permitieron construir un modelo de telescopio, gracias al cual la humanidad pudo conocer el cielo. Sobre el cual Swerdlow escribe: “En unos dos meses, diciembre y enero, hizo más descubrimientos que cambiaron el mundo de los que nadie ha hecho jamás antes o después”. Aún así, Galileo respetuosamente nunca se atribuyó la invención.
Hoy nuestras búsquedas son diferentes, nuestras herramientas más potentes y los tiempos son otros; pero deberíamos pisar las mismas huellas de la búsqueda Galileo: prudencia, confiabilidad y perseverancia. Recordemos que somos afortunados porque como ha dicho Isaac Newton: " Si podemos ver más lejos que los demás hombres es gracias a que nos apoyamos en hombros de gigantes"
Todo mi cariño, para el grupo del Curso de Búsquedas Acádemicas en la Web
¡Gracias por acompañarme en mis trasnochadas reflexiones!
Muy buena semana
MAJO
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